¿Cuáles fueron los animales sagrados incas?
Según la cosmovisión inca, los animales eran representados en la vía láctea en forma de constelaciones. Es que los animales eran fundamentales para la supervivencia. Ellos abastecían de alimentos y lana para la fabricación de prendas de vestir. Incluso algunos eran portadores de mensajes a los dioses del mundo superior (hanan pacha). Por ello fueron representados en cerámicas, textiles e incluso infraestructuras sagradas como Machu Picchu. ¡Conoce más!
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El cóndor
El cóndor fue un ave sagrada en la cosmovisión inca. Los incas la llamaban en quechua ‘kuntur’. Sus características la hacían especial. Era inmensa, volaba muy alto, poseía una apariencia de grandeza, imponente.
Por ello el cóndor fue considerado como un portador de mensaje entre el mundo terrenal de los hombres (el kay pacha) y el mundo celestial de los dioses (el hanan pacha). Los incas creían que el cóndor era inmortal. Incluso la ciudadela inca de Machu Picchu, vista desde lo más alto, tiene forma de cóndor.
El cóndor fue parte de la llamada ‘trilogía inca’ de animales sagrados, junto con la serpiente y el puma. Los incas respetaban tanto a esta ave que no la cazaban. Sus plumas eran cuidadas como objetos sagrados.
Hoy el cóndor sigue siendo de gran importancia y símbolo del continente sudamericano. Está presente en escudos de varios países como: Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador.
El puma
El puma fue un animal considerado sagrado de acuerdo a la cosmovisión inca. Los incas se fijaron en su agilidad, fuerza, destreza para cazar y para enfrentarse a otros depredadores de gran fuerza y poder.
En lengua quechua el puma era llamado ‘Puma’. Antes de la época inca, este felino fue adorado por importantes culturas como los Chavín. Es que el cóndor era temido. Sus representaciones en cerámicas y textiles (en casi todas las culturas del antiguo Perú) exaltan sus garras y colmillos.
Los incas incluyeron al puma en la llamada ‘Trilogía inca’ (junto con el cóndor y la serpiente). El puma representaba al mundo terrenal de los hombres. El puma poseía una conexión especial con el dios Inti (el sol). Se creía además que protegía al inca (el hijo del sol).
Hoy el puma es el segundo felino más grande de América. Lamentablemente en algunos países del continente está en peligro de extinción (debido a la presencia del hombre en su hábitat). Todavía es temido y respetado por culturas aborígenes del continente.
La serpiente
Según la cosmovisión inca, la serpiente fue considerada un animal sagrado. En idioma quechua los incas la denominaban ‘Amaru’. Estos apreciaron su capacidad para renovarse, su inteligencia para escabullirse y cazar.
Por ser un animal terrestre, los incas creían que la serpiente podía comunicar el mundo terrenal (kay pacha) con el inframundo, el espacio de los muertos (uku pacha). Por ello también fue parte de la llamada ‘trilogía inca’, junto con el puma y el cóndor.
Para los incas la serpiente podía controlar las aguas subterráneas necesarias para la fertilidad de los productos agrícolas. Además creían que podía provocar las lluvias.
La serpiente fue representada no solo por la cultura inca sino también por casi todas las culturas del Perú antiguo, como: Mochica, Wari, Tiahuanaco y más. En la cerámica inca, por ejemplo, la serpiente fue dibujada en espirales, circunferencias y otras formas geométricas.
Los incas también representaron la serpiente en templos sagrados y palacios incas. Cuando está dibujada con dos cabezas, representa la dualidad o armonía entre los mundos, necesaria para la vida.
Hoy la serpiente es respetada y temida por el hombre andino. Incluso se cree que posee propiedades curativas importantes.
La llama
La llama fue el auquénido más valorado por los incas. En quechua éstos la denominaban de la misma forma ‘llama’. Poseía gran importancia por su capacidad de transportar productos sobre su lomo (una llama adulta puede cargar hasta 30 kilos). Además por su deliciosa y nutritiva carne, fuente de alimento en el imperio del Tahuantinsuyo.
La llama también era venerada por su conexión con el dios sol. Se creía que éste (el dios Inti) prefería a la llama por lo que era sacrificada durante las ceremonias religiosas en honor al sol.
Por ejemplo cada equinoccio de invierno, los incas sacrificaban una llama negra (especie rara y por lo tanto venerada aún más) en la Fiesta del Sol o Inti Raymi.
La llama además fue representada en la cerámica y textileria inca. Incluso algunas construcciones incas muestran figuras de llamas en sus muros (como en los inmensos andenes de la ciudad inca de Choquequirao).
La llama también fue considerada como una de las constelaciones en la vía láctea inca. Durante el incanato, éstas eran usadas contantemente para el transporte de productos de una ciudad a otra. En el incanato su presencia era de gran importancia y necesidad.
Hoy la llama sigue siendo de gran utilizad por el hombre andino. Su lana es utilizada para la fabricación de prendas de vestir. Su piel para realizar cueros. En algunos pueblos todavía es utilizada para el transporte de mercancías.
El perro
Durante el incanato, el perro (Allqu) fue considerado de gran importancia como acompañante (mascota) así como su relación con los dioses. Se creía que el perro era un guía de las almas en el trance al mundo de los muertos.
Debido a ello, no solo en el incanato, sino también en varias culturas del antiguo Perú (como los Mochicas), el perro fue enterrado junto a sus dueños (de la élite) en los famosos entierros reales. El ejemplo más famoso es el entierro del Señor de Sipán (entierro Mochica descubierto en 1987).
En la época inca, y en el antiguo Perú, existieron diversas razas de perros oriundas. Quizá uno de los más conocidas es el ‘Viringo’, también llamado ‘perro calato’ o ‘perro peruano’. Su presencia data de hasta cuatro mil años atrás, en la cultura Caral, la más antigua de América (3 mil – 1,800 A.C).
Entonces, desde miles de años atrás, el perro fue querido y respetado como animal de compañía. Además por su utilidad en el pastoreo de llamas. Existen muchos entierros de grandes personajes del antiguo Perú junto a sus perros.
Hoy el perro sigue cumpliendo un rol importante en las comunidades andinas. Es querido y útil en las tareas diarias. Incluso todavía existen razas oriundas del Perú antiguo como el ‘perro calato’, presente desde hace más de tres mil años atrás.
El oso
El oso, llamado ‘ukumari’, en lengua quechua, fue un animal muy respetado en la cosmovisión inca. Estos creían que poseía una conexión con la diosa luna (killa) y el agua (yaku). Además se creía que el oso protegía los bosques, espacios donde el hombre debía mantener un equilibrio natural.
Por supuesto que el oso de los incas fue el oso de anteojos, la única especie de oso en Sudamérica, la cual puede alcanzar los dos metros de estatura y un peso de hasta 175 kilos.
Debido a ello los incas admiraban y respetaban la fuerza del oso y su sabiduría así como su capacidad para cuidar su territorio. El oso no es un animal agresivo si es que no se le molesta o invade su territorio.
Es por eso que los incas no realizaban una casa furtiva del oso de anteojos. Estos animales solo perdieron un gran número de su especie a partir de los siglos XIX y XX, cuando el hombre invadió su territorio para la construcción de viviendas y la colonización de la selva.
Hoy el oso de anteojos es una especie en situación vulnerable. El hombre andino lo valora pero, lamentablemente, lo caza por temor y por el valor de su pelaje como cuero.
El zorro
El zorro andino fue respetado por los incas por su habilidad, inteligencia y agilidad. Si bien no fue incluido en el panteón de los animales sagrados (trilogía inca del puma, el cóndor y la serpiente), el zorro fue considerado como protector del ayllu (comunidad), incluso como nexo de comunicación entre el mundo terrenal (Kay pacha) y el mundo de los dioses (Hanan pacha).
El zorro, en el quechua la lengua de los incas, era llamado ‘Atuq’. Fue representado en cerámicas y textiles tanto en la época inca como por muchas culturas pre-incas (como en las famosas cerámicas mochicas).
Sin embargo, el zorro también fue relacionado con el inframundo. Se creía que su presencia atraía a los malos espíritus. Esto quizá guarda relación con su astucia para cazar a animales valorados por los incas como la llama.
Hoy en el mundo andino el zorro es considerado un animal de respeto. Está presente en muchísimas leyendas y mitos del Perú antiguo y en diversas comunidades andinas. Para el pastor es un animal peligroso que hace daño al ganado. Sin embargo, su presencia sigue infundiendo respeto.