Los incas y la sexualidad: matrimonio, prostitución y más
La sexualidad en la época inca difiere en mucho a como lo ve la sociedad moderna. Los incas entendían que el sexo y la sexualidad era una parte importante en la vida. No penalizaba la homosexualidad y la práctica del sexo como suele ser hoy, especialmente desde el punto de vista de la iglesia católica. Justamente la información sobre los incas y su vida sexual ha llegado de las crónicas de los españoles que profesaban esta religión y quienes veían con malos ojos la práctica sexual de los incas. ¡Conoce más!
Tabla de Contenido
La sexualidad según la cosmovisión inca
Los incas y las culturas del Antiguo Perú no reprimían la sexualidad. Al contrario, ésta era vista como una parte fundamental para el desarrollo del Estado Inca.
En la cultura inca, lo masculino y lo femenino representan fuerzas indisolubles, cuya complementariedad hacía posible la constitución del orden universal.
La unión del hombre y la mujer, y sobre todo, la procreación eran necesarios para la conformación de un correcto Estado.
El sexo además era enseñado y aprendido. La presencia de los huacos, con representaciones de diversas prácticas sexuales, era elaborada desde mucho antes que los incas.
Los mochicas, por ejemplo, representaban las relaciones sexuales de diversa índole. Y en este arte no mostraban ningún tipo de discriminación ni falta moral como puede ser visto hoy. Incluso en la época inca desde adolescentes a hombres y mujeres se permitía la práctica sexual.
Incluso se menciona en las crónicas que había mujeres que enseñaban a los niños la masturbación y el cómo prolongar la erección.
Los incas y la práctica sexual
En el arte cerámico inca se puede apreciar la práctica sexual entre muchachos.
Mientras que hoy el sexo en muchas sociedades es visto hoy como actos inmorales o incluso prohibidos; los incas lo practicaban como algo sano y normal.
Incluso los mochicas, en sus famosos huacos retratos, representaban dichas prácticas como ocho formas de hacer el coito. Además representaron la masturbación y las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.
Los incas, por su parte, recurrieron a afrodisiacos para mejorar la excitación y el placer durante el sexo. Dichos afrodisiacos estaban presente tanto en la nobleza como en la clase sacerdotal.
El afrodisiaco más utilizado fue el ‘chotorpo’ (planta macho que sirvió para mejorar la resistencia sexual). Incluso se utilizaron amuletos sexuales.
En la cultura inca, lo masculino y lo femenino representan fuerzas indisolubles, cuya complementariedad hacía posible la constitución del orden universal.
La unión del hombre y la mujer, y sobre todo, la procreación eran necesarios para la conformación de un correcto Estado.
El sexo además era enseñado y aprendido. La presencia de los huacos, con representaciones de diversas prácticas sexuales, era elaborada desde mucho antes que los incas.
Los mochicas, por ejemplo, representaban las relaciones sexuales de diversa índole. Y en este arte no mostraban ningún tipo de discriminación ni falta moral como puede ser visto hoy. Incluso en la época inca desde adolescentes a hombres y mujeres se permitía la práctica sexual.
Incluso se menciona en las crónicas que había mujeres que enseñaban a los niños la masturbación y el cómo prolongar la erección.
El matrimonio en la época inca
En la época inca, el Estado, decidía en gran parte de la vida de sus pobladores. Es así que el matrimonio era regulado en cada aspecto, el objetivo fue administrar de mejor manera a sus pobladores.
Las crónicas señalan que anualmente se organizaba una festividad en la plaza principal ‘Huacaypata’ de Cusco. Allí se organizaban dos filas de hombres y mujeres. El orden lo designaba la importancia social de cada persona. El curaca o el mismo inca era el encargado de juntar a ambas personas y formalizar la unión.
Los incas practicaron el llamado matrimonio “servinacuy”. Éste significaba que la pareja tendría un periodo de prueba antes de formalizar el matrimonio
Durante el servinacuy, la pareja pasaba un tiempo de prueba para conocerse mejor. Si la convivencia era positiva, se efectuaba la unión final.
Cabe señalar que durante el servinacuy la pareja podía tener sexo e incluso podían tener hijos. En caso la convivencia no era positiva, los hijos pasaban al hogar de la madre y su familia.
La nobleza inca podía celebrar la unión entre parientes, incluso entre hermanos. El objetivo era mantener los privilegios de la noble estirpe (en el incanato no era posible el ascenso social). Es así que la unión de parejas de distinta clase social no era permitida en la época inca.
Esta convivencia antes del matrimonio fue duramente rechazada a la llegada de los españoles en el siglo XVI (bajo orden del Concilio Provincial de Lima de 1582).
¿Existía poligamia en la época inca?
Sí, la nobleza inca varonil podía practicar la polígama. Sin embargo, esta era una minoría pues la gran masa popular practicaba la monogamia. Esto debido a que era costoso poder mantener a más de una mujer. La élite inca, sí podía permitírselo.
En el siglo XVI, la poligamia fue prohibida y severamente castigada por los españoles. El ejemplo más famoso fue la condena a muerte al emperador Atahualpa en 1533. Entre los cargos en su contra, fue la poligamia y el tener como esposa a su hermana.
Es decir, la poligamia era practicada solo por la élite inca. La clase baja, al no poder escalar socialmente, no se permitía.
Las crónicas señalan que anualmente se organizaba una festividad en la plaza principal ‘Huacaypata’ de Cusco. Allí se organizaban dos filas de hombres y mujeres. El orden lo designaba la importancia social de cada persona. El curaca o el mismo inca era el encargado de juntar a ambas personas y formalizar la unión.
Los incas practicaron el llamado matrimonio “servinacuy”. Éste significaba que la pareja tendría un periodo de prueba antes de formalizar el matrimonio
Durante el servinacuy, la pareja pasaba un tiempo de prueba para conocerse mejor. Si la convivencia era positiva, se efectuaba la unión final.
Cabe señalar que durante el servinacuy la pareja podía tener sexo e incluso podían tener hijos. En caso la convivencia no era positiva, los hijos pasaban al hogar de la madre y su familia.
La nobleza inca podía celebrar la unión entre parientes, incluso entre hermanos. El objetivo era mantener los privilegios de la noble estirpe (en el incanato no era posible el ascenso social). Es así que la unión de parejas de distinta clase social no era permitida en la época inca.
Esta convivencia antes del matrimonio fue duramente rechazada a la llegada de los españoles en el siglo XVI (bajo orden del Concilio Provincial de Lima de 1582).
La virginidad en la época inca
En la sociedad inca, si bien la mujer era el complemento del hombre y cumplía un papel fundamental en la familia; su rol no era de la importancia como el que los incas estimaban al hombre.
Esto también se reflejaba en aspectos de la vida sexual de los incas. Mientras que las mujeres viudas y con hijos guardaban la abstinencia sexual y estaban impedidas de volverse a casar; los viudos estaban permitidos de volverse a casar lo antes posible.
Sin embargo, esto no significaba que la mujer debía mantener la virginidad hasta la adultez. Las crónicas señalan que la edad en que las mujeres incas podían procrear un hijo era a los dieciocho años aproximadamente.
En la época inca, el sexo entre jóvenes era bien visto, no era motivo de sanción alguna. Incluso si la mujer era bella y atraía sexualmente a los hombres, esto representaba un prestigio social. Así ella podía conseguir más pretendientes.
Cuando la mujer quedaba en cinta, se demostraba su fertilidad por lo que su prestigio en la sociedad (el ayllu) era aún mayor.
Es decir, la virginidad no tenía ningún valor moral para los incas. Tampoco la fidelidad significaba mucho. El hombre podía tener hijos con más de una mujer. Así era como el Estado Inca podía asegurar la producción y organización social.
Estas prácticas incas fueron reprimidas por los españoles y se siguen reprimiendo hoy
El embarazo en la época inca
Para los incas llegar a la pubertad significa comenzar el camino hacia el matrimonio y la procreación. Incluso la primera menstruación era celebrada (ceremonia en la que la joven, tras varios días de ayuno, recibía nuevos vestidos y sus cabellos eran trazados).
Rituales parecidos se realizaban durante el embarazo. Cuando era un mal embarazo, los chamanes intervenían con prácticas medicinales.
Durante los primeros años de crianza a sus niños, las mujeres se abstenían de practicar las relaciones sexuales. Se creía que esto era malo para la leche materna. Sin embargo, el niño dejaba de lactar cumplido los dos años.
La prostitución en la época inca
Las crónicas señalan que la prostitución sí era practicada durante el incanato. Sin embargo esto era visto con gran desprecio por la población.
Las mujeres no debían hablar con las prostitutas. Esto era castigado con el corte de cabello total en público. Las prostitutas sí podían casarse (para mantener la organización social inca), sin embargo, eran repudiadas por sus esposos.
Las prostitutas eran nombradas como ‘pampayruna’. El cronista cusqueño Garcilaso de la Vega las menciona de esta manera:
“(…) vivían en los campos, en unas malas chozas, cada una de por sí y no juntas: No podían entrar en los pueblos porque no comunicasen con otras mujeres. Llámenles pampayruna, nombre que significa la morada y el oficio, porque es compuesto de pampa que es la plaza del campo llano y runa, que es singular quiere decir persona hombre o mujer, en plural quiere decir gente. Juntas ambas dicciones, si las toma en la significación del campo, pampayruna, quiere decir, gente que vive en el campo, esto es por su mal oficio; y si los toman en la significación de plaza, quiere decir, persona o mujer de plaza, dando a entender que, con plaza pública y está dispuesta para recibir a cuantos quieran ir a ella, así lo están ellas y son públicas para todo el mundo. En suma quiere decir, mujer pública”.
La homosexualidad en la época inca
Dentro del mundo inca la homosexualidad era practicada a menudo. Esto fue reportado por los cronistas españoles quienes, por supuesto, repudiaron esta práctica.
El cronista español Pedro Cieza de León lo describe de la siguiente manera:
“(…) por los tener el demonio más presos en las cadenas de su perdición se tiene ciertamente que en los oráculos y adoratorios donde se daban las respuestas hacia entender que convenía para el servicio suyo que algunos mozos desde su niñez estuviesen en los templos, para que a tiempo y cuando se hiciesen sacrificios y fiestas solemnes, los señores y otros principales usasen con ellos el maldito pecado de la sodomía”.
Es decir, la homosexualidad para los incas tenía rasgos de religiosidad. Por otro lado, las relaciones sexuales entre mujeres también eran aceptadas, especialmente entre quienes se desenvolvían en la vida social como varones.
Se sabe que existían mujeres que podían desenvolverse de gran manera en la guerra. Ellas podían mantener una vida sexual entre ellas. Se asume que el lesbianismo en la época inca era practicado principalmente por la élite.