¿Cómo eran los incas físicamente?
La civilización de los incas duró de 1,200 d.c. al 1,533 d.c. Se dice popularmente que los incas eran altos, que tenían caballos largos y poca barba. Distintas investigaciones, crónicas de la época y hallazgos arqueológicos han dado cuenta de cómo eran los incas en el aspecto físico. Esto, sumado a la nutrición, las condiciones geográficas y a los genes heredados por sus antepasados del antiguo Perú, ha ayudado a conocer cómo eran los incas físicamente!
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Los incas, sus orígenes y expansión
Los incas fueron una etnia original de los pueblos que habitan el lago Titicaca en el altiplano peruano – boliviano. En algún momento del siglo XIII fueron amenazados por los belicosos vecinos del reino aimara por lo que emigraron al valle del Cusco donde, tras más de doscientos años, fundaron el imperio más grande de América del Sur.
Los incas convivieron con los habitantes del valle del Cusco, etnias quechuas. Los incas aprendieron su lengua, adaptaron sus creencias y prácticas culturales pero también enseñaron e impusieron sus conocimientos en arquitectura, textilería y cerámica.
Aproximadamente en 1438 los incas consiguen vencer a sus enemigos chancas. Es así que el emperador Pachacutec consigue expandir los territorios. Los incas, al principio una etnia pequeña, consigue dominar gran parte del continente sudamericano incluyendo actuales regiones de Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Ecuador y Colombia.
Hasta entonces el continente sudamericano mostraba una variedad étnica, muchas de las cuales fueron sometidas o adheridas al imperio inca. Con la llegada de los españoles, en el siglo XVI, la variedad étnica fue aún mayor.
Hoy en el Perú, por ejemplo, el mestizaje ha conformado un país hecho de ‘todas las sangres’. ¡El que no tiene de inga, tiene de mandinga!
Los antepasados de los incas y el antiguo Perú
Los incas no fueron quechuas. Originalmente, hablaron la lengua puquina, original de los pueblos altiplánicos del lago Titicaca. Es decir, sus antepasados poseían un rasgo fenotípico distinto a los ‘incas cusqueños’.
Estos rasgos eran diferenciados en la élite inca, las cuales poseían un antepasado común y un estilo de vida (como la alimentación) que se diferenciaba del pueblo incaico.
Sin embargo, estos rasgos étnicos poseían semejanzas a los pueblos aborígenes que habitaron el Perú antiguo muchos siglos antes.
Por ejemplo, la estatura del Señor de Sipán, gobernante mochica que gobernó el valle norte del Perú por el 278 d.c. fue de 1,67 metros. La dama de Cao, gobernante mochica que vivió en el 400 d.c., tuvo una talla de 1,45 metros.
Así como el Señor de Sopán y la dama de Cao, en las culturas del Perú antiguo se hicieron descubrimientos y estudios que muestran que la talla del peruano o peruana difícilmente superaba el 1,70 metros.
Por otro lado, la geografía cumplía un papel fundamental para definir los rasgos físicos de una etnia o cultura. Los pobladores mochicas soportaban altas temperaturas en el valle norte peruano. Para soportar mejor el clima y la geografía, los ‘moches’ desarrollaron una piel cobriza y casi nula barba.
Los incas, y los pueblos que habitaban la Cordillera de los Andes, también desarrollaron una piel cobriza y barba casi nula, para soportar el sol ‘quemante’ del día serrano. Así los habitantes del Perú antiguo poseen características parecidas con algunas diferencias en rostro, tonalidad de piel, color de ojos y más
Así eran los incas físicamente
El pueblo inca poseía una talla promedio de 1,53 para hombres y 1,48 metros para mujeres. Esto se corrobora según estudios realizados en la población de Machu Picchu.
Los incas además eran lampiños. Algunos pobladores tenían unos pocos pelos en el rostro. Sin embargo, esto era extraño y de ninguna manera desarrollaban una tupida barba. Es por ello el asombro que causó en los habitantes incas la presencia de los españoles, quienes poseían una inmensa barba.
Los incas no tenían pelo largo. Esto solo era característica de la élite inca, quienes como toda clase gobernante, buscó diferenciarse en apariencia del pueblo. Los habitantes comunes poseían eso sí, una fuerte y lacia cabellera negra muy resistente a la calvicie.
La élite inca, por otro lado, gracias a una mejor alimentación, alcanzaban tallas que superaban el 1,70 metros (se dice que el emperador Atahualpa medía 1,80 metros). La élite sí mantenía una cabellera ni corta ni larga pero sí bien cuidada, no tenían barba y, producto de una ardua preparación para la guerra en los yachayhuasi (casas del saber para la élite gobernante), un aspecto físico atlético
¿Los incas eran altos?
La talla de los incas se puede esclarecer tomando en cuenta las investigaciones de diferentes culturas desarrolladas incluso muchos siglos antes.
El investigador peruano – argentino Augusto Cardich señala que el ‘Hombre de Lauricocha’ (etnia que habitó Los Andes 10 mil años a.c.), poseía una talla de 1,62 metros para los hombres y 1,53 para las mujeres.
La investigadora María Inés Barreto, en el complejo arqueológico de Maranga (100 d.c. – 650 d.c.), señala que la estatura promedio de los hombres es de 1,58 metros mientras que 1,48 metros para las mujeres.
En Machu Picchu, un estudio elaborado por John Verano, señala que la talla promedio de los hombres era de 1,53 metros mientras que 1,48 metros para las mujeres.
Los niños y adolescentes descubiertos en los altos nevados de Sudamérica como parte de la ceremonia de sacrificio de la ‘Capacocha’ tenían tallas pequeñas. Así la ‘Momia Juanita’ tenía 14 años y una talla de 1,58 metros.
La élite inca poseía una talla más alta que el pueblo, debido a su alimentación más rica en nutrientes. Estudios señalan que el inca Atahualpa que fue capturado en Cajamarca en 1532, al alzar el brazo en el ‘cuarto de rescate’ alcanzó 2,28 metros. Es decir, su talla habría sido de 1,80 metros o 1,85 metros.
¿Los incas tenían barba?
Los incas no tenían abundante barba (eso no quiere decir que no poseían nada de barba ni bigote) y sus rasgos faciales son distinguibles gracias a los análisis de ADN (reconstrucción en 3D) así como a los dibujos proporcionados por el cronista Guamán Poma de Ayala (1534 – 1615) en su famoso libro La nueva crónica y buen gobierno.
Los pocos habitantes incas que conseguían desarrollar barba, la tenían muy corta, rala, generalmente en el mentón. Probablemente los incas desarrollaron la barba de forma parecida a los mochicas, quienes realizaron algunos huacos retratos de personas con barba.
La razón por la escasa barba en los incas –y en general en la población del antiguo Perú- se debe simplemente a la genética del hombre de Mesoamérica, sobre todo en la antigüedad. Los españoles, por el contrario, por genética desarrollan una densa barba. Por ello, en el siglo XVI, los incas se sorprendieron al apreciar al hombre español barbudo.
Con el mestizaje, y la migración, en los siguientes siglos, el hombre de Mesoamérica desarrolló más las barbas.
¿Los incas tenían cabello largo?
Se suele representar a los incas con una cabellera larga y lacia. Incluso así son representados en los famosos dibujos hechos por el cronista peruano Guamán Poma de Ayala. Sin embargo, algunas crónicas señalan lo contrario, por lo que el tema es debatible.
Según el famoso cronista cusqueño Garcilaso: “el inca poseía el cabello corto, como si acabase de ser cortado y que él y la nobleza se cortaban frecuentemente el cabello para tener siempre el mismo aspecto”.
Por otro lado, el pueblo común no ostentaba una cabellera como la de la nobleza inca. Ésta era ni larga ni corta, casi al borde de las orejas. Eso sí, todos cuidaban sus cabelleras con plantas para mantenerlas aseadas e incluso adornadas, sobre todo en el caso de las mujeres. Éstas realizaban trenzados, adornaban sus cabelleras, sobre todo en festividades y rituales religiosos.
Cuenta el cronista español Pedro Cieza de León: “podrían haber miles de indios juntos y que por sus peinados y aderezos se podían distinguir a los distintos grupos étnicos”.
Por supuesto que hubo excepciones. Las crónicas también señalan que el inca Atahualpa poseía una larga cabellera. Se dice que fue a causa de una oreja perdida en un enfrentamiento. El emperador, el hijo del sol, no podía mostrar un defecto físico ante el pueblo.